Sin embargo, no fue el primer trago chileno que degusté. En nuestra primera noche en Santiagonuestros anfitriones, conocedores de vinos y preparados alcohólicos, nos convidaron con Pisco Sour y Ron Cola (un Ronaldo!). Muy rico el Pisco Sour, muy rico el Ronaldo peeero... Bueno, ya habrá oportunidad de probar una vaina, pensé.
A los pocos días salimos para San Antonio, ciudad-puerto ubicada al sur de Santiago, pasando Valparaíso. Íbamos a pasar unos días en una cabaña, alejada del centro. Esa noche decidimos ir a cenar a algún sitio en la ciudad y el taxista que nos transportaba nos recomendó el restaurant Tú y Yo (Manuel Blanco Encalada 289, San Antonio). Era una casa construida en madera, pintada de alegres colores en su exterior y muy acogedora en su interior, con ventanas que dejaban ver el Puerto en todo su esplendor.
Y llegó el momento de pedir el aperitivo. Entre las opciones había Pisco Sour y.... Vaina! Era exquisita, más rica aún que la de Buenos Aires. Al paladearla se podían adivinar algunos sabores –algún vino añejo, chocolate, huevo- pero ¿cuál era la receta exacta? Ante semejante duda no nos quedó más remedio que consultar a la gente del restaurant quienes amablemente nos escribieron en un papel la fórmula tan deseada.
Ingredientes (Para 2)
1 copa de vino añejo
¾ copa de crema de cacao
1 ¼ vaso corto de cognac
2 huevos
3 cucharadas de azúcar flor (impalpable)
3 hielos
Agitar hasta que tome gusto y sabor. Servir en vasos altos.