Lyon, Parque de la Tete d´Or |
Durante el viaje, y gracias a la tecnología nos íbamos comunicando con algunos amigas/os. Muy cerca de Lyon, una de ellas, ojitos verdes (como a veces la llaman), nos pidió que " (...) le dibujáramos un cordero". Todos sabemos que "(...) Cuando el misterio es demasiado impresionante, no es posible desobedecer " por lo cual, luego de una democrática votación procedí y algo por el estilo me salió...
Con el pedido cumplido, pusimos pie en la ciudad de Antoine de Saint-Exupèry, para tomar nuestro auto y pasear por Francia acompañados quizás, por el espíritu del aviador y El Principito susurrándonos cada vez más fuerte que "lo esencial es invisible a los ojos"