martes, 8 de mayo de 2012

martes, 17 de mayo de 2011

Las manos de mi madre y las humitas


Antes de compartir unos de los secretos más importantes de mi familia materna, les sugiero que se ambienten… que los acompañe alguna zamba de Los Chalchaleros o de Los Huayra o, mejor aún, la hermosa versión de la negra Sosa de “Como pájaros en el aire”..
Con el repertorio listo, las ganas de descubrir y hacer algo diferente y, porqué no, descorchando un buen vino salteño de Cafayate (ojo que deben llegar al final de la receta…), iníciense en esta aventura gastrónomica, que trae a mi memoria no sólo el dulzón sabor de la humita, sino también el tibio recuerdo de noches salteñas de mi niñez… y de las manos de mi madre, añoradas hacedoras de manjares y caricias…
Hacia allá vamos a buscar la receta … un vasto escenario de maizales, por sobre el que se levantan hermosas montañas de picos blancos, abrazadas por el dorado de las mañanas soleadas y por la exquisita orquesta de las acequias, que pintaban el silencio de la huerta de mi abuelo, en Metan

Ingredientes
1 docena de choclos frescos
1 atado mediano de cebolla verde
500 gramos de queso de vaca o cabra (si sobra, lo comen de postre con miel de caña)
200 gramos de grasa de cerdo
Sal
Pimentón
Pimienta
Albahaca
Leche
1 cebolla
Azúcar (si quieren que salga dulzona…)
Preparación del relleno
Pelen los choclos, reserven las chalas y pasen por rallador o procesadora los granos, hasta que se forme una pasta, utilizando prudentemente la leche.
En una cacerola coloquen la grasa de cerdo y agreguen la cebolla picada finita, dórenla y añadan el pimentón, la pimienta y la sal, revolviendo continuamente; si prefieren que la humita resulte dulce, agreguen azúcar a gusto y utilicen menos sal. Vuelquen la pasta de choclo y retiren del fuego, mezclando bien la preparación. Incorporen la albahaca bien picadita y leche, para mantener la consistencia de la pasta.
Preparación de los paquetitos
Recuerdan que debían reservar las chalas? Bien, elijan las fresquitas y tiernas, que suelen ser las del medio.
Tomen dos chalas y colóquenlas una encima de la otra, enfrentadas, es decir, con sus vértices opuestos , formando una figura romboidal; sobre ella se coloca una cantidad de la pasta equivalente, más o menos, al tamaño de dos jabones de tocador y dos o tres cubitos de queso, se cubre todo con los bordes que sobran de la chala y se atan con huayunca (cintas de chala, mis urbanos aprendices…)
Se colocan las humitas así armadas en una olla con agua hirviendo y sal, de manera que permanezcan sumergidas. Se tapa la olla y se cocinan a fuego moderado durante una hora y cuarto.
Espero que se animen a prepararlas, que las compartan con su gente querida, que así es como más ricas resultan, y, al momento de abrir los paquetitos, brinden en honor a mi madre y déjense llevar por la maravillosa aventura de planear un viaje al norte de nuestro país…

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