Mural Callejero |
Sigo pensando en el camino de la Quebrada de Humahuaca, el paisaje, colores por donde mires, la gente, las mantas y el olor a las tortillas callejeras. La sensación que tengo cuando pienso en ese lugar, me hace acordar a un arcoíris. No me importa cuantos vi, los voy a mirar y admirar, como si fuera la primera vez.
Sigue habitando en mi cabeza, allí donde vive la memoria visual, el escenario que presentan las curvas y contra curvas de la ruta. Al final, el telón abierto y el escenario de todos los colores, como el arcoíris.